La pota de Javo

La pota del Javo

Nota de autor: he recuperado el siguiente relato para los nostálgicos si realizar ninguna modificación. Su fecha exacta me es desconocida, pero datará de finales de siglo. Dado que el título lo resume todo, no me hago responsable de que sigas leyendo. Os recuerdo que al crear esta historieta, tenía alrededor de diecisiete años, por lo que no se distanciará mucho de lo que escribo ahora.

Era sé una vez unas sabrosas costillas de cerdo asadas por los más expertos asadores de... ningún sitio. Un riquísimo chorizo acompañado de apetitosa morcilla, y unas excelentes chuletas que al unirse con la mortal mezcla de tequila, cacique, ginebra, vodka y THC, dieron el resultado de la evasión de todos estos ingredientes del estomago del señorito Javo.

Todo el mundo apreciaba los síntomas, cara pálida, cuerpo inmóvil, ausencias de estupideces. Taba claro, iba a potar.

Fran se lo dijo y Arturo se lo repitió, pero no sirvió. Javo expulsó lentamente la explosiva mezcla. Primero se le hinchó la boca. Pero al ser tanta la masa potosa, tuvo que tapársela con la mano. Lo que no funcionó para que parte del líquido y algunos tropezones cayesen en el suelo, en el sofá y en su chaqueta. Menos mal que un inteligentísimo y audaz ser humano, acudió en ayuda para poner una bolsa para potar. En ella flotaban pedazitos de carne en un líquido alcoligástrico.

Las potas se resecaron en el suelo, Javo tuvo dulces sueños y yo comprobé si el pedazo que había en el suelo era un hueso o carne. Por su viscosidad al tacto comprobé que era carne y después seguimos la velada.


Un relato de Marmerto Juárez.