Foto de la semana

Foto de la semana
José Cendón

NO PUEDO PARAR DE CREAR

El fotógrafo gallego José Cendón escribe "Billete de ida". Es la historia de una persona que no deja de luchar por la suerte de África.

Envía una foto de actualidad y sera publicada.

martes, 3 de noviembre de 2009

El porqué de los BIGOTES

Ante tanta pregunta de por qué los bigotes, no nos ha quedado mas opción que contar la verdad. Todo empezó hace muchos años. Dios creó el cielo y la tierra, luego creó Montejo y años más tarde yo me empadroné. Gracias a esto conseguí realizar un viaje a Turquía con la Diputación de Burgos, acompañado de mis amigüitos, Borjata Dechorizo y Javón Deyork.

Tras sortear la muerte en el avión, llegamos a tierras otomanas. Nos instalamos en el hotel. Y después de disfrutar del atardecer cogidos de la mano, fuimos a una barbería. Allí nos dejaron la cara como el culito de un bebé. También podamos el bigote.

De vuelta, empezamos a sentir un escozor inaguantable. Nuestra piel de terciopelo no estaba acostumbrada a la navaja. Javón Deyork, tuvo una idea (mal asunto). - Tengo una cremita especial para pieles sensibles e irritadas, pero me queda un culín. No preguntamos, ni queríamos conocer la procedencia de tal producto, y menos el uso que le daba. Subimos a la habitación rápidamente. Y aquí empezaron a torcerse de verdad las cosas. Javón Deyork buscó la cremita, pero se había quitado las gafas para aliviarse con un poco de agua. Y como ve menos que un topo entre las mamellucas de Mónica Bellucci. Confundió la crema con el pegamento para sus gafas de pasta.

Así que nos dimos la supuesta cremita, y como escaseaba, nos la aplicamos donde la irritación era mayor. Entre la nariz y el labio. Lenificado el comezón, recordamos que teníamos programada una actividad. Acudimos raudos y veloces, cual gacelillas, al espectáculo de danza del vientre.

No sé si fueron las dos o trece cervecillas, la erótica del momento, la falta de cariño o simplemente un impulso animal (instinto lo llaman algunos), pero acabamos los tres ante un trío de bailarinas. Movimientos casi imposibles, un vaivén hipnotizador, electrizante oscilación femenina... y así ente bailes Shakireños, deslizamos nuestra cabeza entre los delicados y libidinosos muslos de las artistas, entregándonos suavemente al deleite carnal.

Es en este momento donde el pegamento, igual por el contacto con otros fluidos, hizo efecto. Así que imaginaros la situación (o mejor no). Los tres adosados… no se como definirlo. No encuentro una forma de narrarlo y no caer en la vulgaridad. Digamos que nuestro labio superior se fusionó, a la melena de la sonrisa vertical. Y por azar, retiramos nuestras cabezas prisioneras al mismo tiempo. Zas!!! Las tres cortesanas lanzaron un grito agudo y ensordecedor después de la improvista depilación. Seguidamente abofetearon nuestras caras, ya con bigote.

Y esta es la historia. Perdón por este relato tan soez y ramplón, pero estas cosas ocurren cuando se indaga demasiado. Está feo preguntar tanto…

miércoles, 10 de junio de 2009

Lo que hay que ver....

Nuestro protagonista va caminando por las calles desiertas una tarde de sábado, a primera hora... cuando de repente se encuentra con su profesora de clases teóricas de la autoescuela, sentada junto a una amiga en un escalón, con gesto impaciente.
Tan sólo hace unos pocos meses que se ha sacado el carnet de conducir y no guarda un buen recuerdo del trato recibido en dicha autoescuela, especialmente por parte de la elementa con la que acaba de toparse.
Ella le saluda y él corresponde, deteniéndose un segundo y preguntándole qué hacía ahí parada, en medio de la nada.
-Pues ya ves -contesta ella- aquí, esperando el bus...





El chaval observó desde lo alto a aquella insensible mujer que en enero tuvo la desfachatez de cobrarle tres euros por la "L" , tras haber soltado los meses anteriores una pasta gansa entre prácticas, tasas y demás telares.
-Esperando el autobús eh... -sonrió maliciosamente- ¡Qué ironía!

La profesora hizo ademán de agachar la cabeza, pero su cara de cemento armado estaba tallado a prueba de bomba, nada de lo que le pudieran decirle lograría que el sonrojo se apoderara de sus mejillas... sin embargo abrió el pico para murmurar un apenas inteligible: -Jeje, ya...-
-No -concluyó él mientras se despedía burlón con un gesto en la mano- si ahora me dirás que ni siquiera tienes el carnet...ya sería lo último!!! -

La amiga de la profesora soltó una sonora carcajada y nuestro protagonista prosiguió la marcha.

"Cabronazo" pensaba la instructora... "Japuta" se repetía él...

miércoles, 3 de junio de 2009

Cuatricomía

Notaba en la cara el calor y en el alma la indiferencia que proporciona el alcohol en dosis mayores de las que puede aguantar el cuerpo humano, asi que supongo que ahí fue el momento donde sin apenas darme cuenta de lo que hacía, vendÍ mi alma al diablo por ser capaz de consolar los sentimientos que bañaban en lágrimas el rostro más dulce que podre ver en mi vida, mientras todo a mi alrededor se fundía en las vacias e inexpresivas luces que llenaban el interior de aquel mal,llamado bar de copas. Mientras cuerpos sin sentimientos se movían al son de una música carente de sentido, todo mi universo se concentró en una mirada triste que llenaba aquel local, mientras Yo, desgranaba mi alma buscando solo algún tipo de señal que diera sentido a la aberración que de aquellos ojos tristes se hacía , permitiendo unas lágrimas tan amargas.

Sólo el afán de poder recomponer un corazón roto, me guió a través de aquella noche en un sinfín de intentos para lograr tan solo una sonrisa vacia que para mi, significaba el más dulce de los premios que la vida me brindase esa primera noche del último dia de mi vida como ser dotado de la capacidad de los sentimientos.

Esa noche de intenso sentimiento e incansable esfuerzo por lograr mi objetivo me llevó tiempo después, a carecer de toda simpatía por ese tipo de locales y gentes que los frecuentan, así como me trajo al tiempo a este lejano balcón, desde el cuál recupero hoy amargas noches de lejanos tiempos.

Sólo quedan recuerdos, viejas canciones y una mirada al pasado que hoy me remueve el pensamiento y el corazón, recordando una mirada que se llevó la esperanza y un corazón que se llevó cualquier imbécil , como el aire se lleva lo que queda en la noche que contemplo frente a mí.

En el cielo una luna primaveral ansiosa por recobrar su terreno , acaricia una pradera vacía de todo lo artificial.

jueves, 21 de mayo de 2009

Mai Führer



La historia la escriben los vencedores, y deja a cada cual en su lugar. A muchos, en el olvido. Pocos son los nombres que se recordaran en tiempos remotos. Uno de ellos será el del Führer Alberf, conocido como “El Vetusto”, y en estas líneas contaré su participación en la reconquista de Granada de 2009.

No cabe duda alguna que podría llenar páginas enteras hablando sobre la magnificencia, sabiduría y divinidad del Führer Alberf. Pero dedicaré estos párrafos a relatar objetivamente los hechos acontecidos entre el 19 y 21 de Marzo del año 2009. “Misión de reconocimiento del terreno”.

La madrugada del día de San José, El Vetusto, acompañado de seis de sus hombres de confianza, pone rumbo al sur. Se traslada en un TETA (Transporte Especial Tuneado y Armado) y escoltado por un PECHO (Porteador Especial de Combate Homo Ososexual). Viajan camuflados de turistas sexuales, para no levantar ninguna sospecha.

Recorren las Alpujarrasdecerveza. Alberf se frota las manos ante la presencia del enemigo. La única pega es el elevado número. “Esos perro-flautas y folla-flores no resultarán ser un problema”. Entrada la tarde se aposenta en la base de operaciones, en el corazón de Granada. Y “El Vetusto” da libertad a sus subordinados para que degusten la gastronomía local y mantengan relaciones con mujeres caucásicas.

A la mañana siguiente se preparan para acceder a la fortaleza y batir el terreno para un futuro ataque. En sus jardines ensayan tácticas de guerra Pacmaniáticas. (Yo soy el Guaca guaca).


Entrada la noche se infiltran en una fiesta alcoliorgiástica de la zona. Está plagado de Quiíllos canis. Pequeños pelo pincho con camisa y collares y una pronunciación incomprensible, dejando la C en el olvido. “Navas y Portillos. Al igual que los Perro-flautas son un número muy elevado. Pero estos duendecillos tuneados parecen no tener miedo a enemigos de mayor talla. Su sorprendente orgullo puede causarnos algún problema”.

Ya de madrugada, en la base situada en el Albaicín, los hombres de Alberf desatan su euforia bebiendo “Cuajaditas”. Uno de sus hombres, el caucásico-hispano sargento Bonilla, exhibe todo tipo de reverencias hacía su gran líder, que acepta de agrado.

Esta manifestación de lealtad provoca algunas envidias en parte del grupo. Por lo que tres soldados de la expedición preparan una emboscada en la ducha al Sargento.





Para afianzar la amistad de sus subordinados, Alberf les hace fumar la pipa de la paz en las callejuelas granadinas. Y al ser la última noche deja a sus Nazis-Rocieros vagar por Granada. Que aprovechan para afinar su puntería con naranjas y poner a prueba la paciencia de los sureños.

“El Vetusto” recogida ya toda la información necesaria, organiza la vuelta al norte. Pensando que tarde o temprano volverán, pero esa vez para reconquistar Granada e implantar la doctrina Alberf en todo el territorio.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Caso perdido

Entró en mi despacho temblando como un flan.
Acudió a mí, dijo, porque le habían dicho que yo era el mejor... que le resultaba un poco humillante recurrir a un detective, pero su situación era desesperada.

Hubo una época (no muy lejana) en la que yo solía ganarme la vida haciendo cosas de las que no estoy precisamente orgulloso... ahora me dedico a algo que tampoco me reportará honores o medallas, pero al menos soy mi propio jefe.
Mi actividad consiste en buscar (más bien encontrar) a gente o cosas desaparecidas... cuestión harto complicada ya que, en la mayoría de los casos, aquello que me mandan buscar no desea ser hallado. Pero eso los clientes lo saben mejor que nadie, de ahí que acepten resignados mi elevada tarifa.




Aquel tipo sentado al otro lado de la mesa, que ni tan siquiera se había quitado el sombrero y la gabardina, comenzó a gimotear mordiéndose las pocas uñas que le quedaban intactas.
Dijo llamarse Gustav Humbert , no era un hombre mal parecido pero cada segundo que pasaba su aspecto se descomponía entre tanto sollozo, hundiéndose poco a poco en la butaca: empequeñeciendo.

Me dijo que él nunca había sido así, que siempre fue una persona alegre y vital... pero que inexplicablemente de un tiempo a esta parte su alma se había visto ensombrecida, y que una sensación de constante desasosiego se había apoderado de él.

Rechazó el café que le ofrecí, pero no supo decir NO cuando saqué la botella de cardhú y comencé a servir dos generosos tragos.
Ya más relajado, prosiguió su relato diciéndome que había intentado poner remedio a su situación,que había buscado por todas partes... infructuosamente. Ya no se veía con fuerzas para continuar, y por eso estaba aquí.
Agachó la cabeza y se quedó en silencio... así que aproveché para rellenar nuestras copas y preguntarle sin más rodeos qué demonios estaba buscando.

Cuando pronunció aquel nombre sentí, por vez primera en todos mis años de profesión, una especie de escalofrío en la nuca.
"Busco el Amor", me dijo.

Acepté el caso... ¿qué otra cosa podía hacer?

lunes, 11 de mayo de 2009

Lunes de Pasión

-Hoy es un día cualquiera, de un año cualquiera, en un lugar cualquiera. Un rostro cualquiera despierta y se despereza. Sintiéndose como cualquiera que ha pasado una noche ocre, áspera. No hay expectativas... Para empezar, con un par de frases bastará :

- No quiero hacerme falsas expectativas.

- Es lo que hay.

- Sin prisas.

- Nunca se sabe.

-Dejo en el aire esas frases. Si alguien tiene falsas expectativas que recuerde lo que hay , sin prisas , nunca se sabe , pero no por esperar van a sentir lo que tú sientas . Si sientes te joderán la vida. La alternativa es jodersela tú a quien sienta , no sientas tú....

lunes, 23 de febrero de 2009

El Cristal de Jama cap. 8 El Principio del FIn

El destartalado coche de Aitor hacía tiempo que ya había desaparecido tras una curva. En su interior, Cynthia, con una lágrima surcando su mejilla cumplía a regañadientes con el deber que le había impuesto su padre y se alejaba custodiando el Cristal.
Mientras tanto, Jeremy, sentado en una roca, espera la llegada del viejo enemigo que tanto dolor le había infringido. Sabía a lo que se enfrentaba. El recuerdo de aquel combate en el monasterio aún permanecía grabado a fugo en la memoria de Jeremy y seguramente en la de Hi Jong también.
Tras una hora de tensa espera, al fondo de la carretera, detrás de unos arbustos, apareció un convoy de coches de gran cilindrada. El momento decisivo había llegado.
En cuanto vieron a Jeremy, los cuatro vehículos pararon en el aparcamiento y de ellos bajaron diez soldados armados apuntando al que en su día fue el aprendiz con más talento de la Orden de Jama. Diez rifles le apuntaban ya mientras del último de los coches descendía un anciano.
Hi Jong y Jeremy cruzaron una fría miranda.
- Llevo más de veinte años buscándote, extranjero –dijo el anciano en la antigua lengua del monasterio
- Aquí tú eres tan extranjero como yo, así que ahórrate tus palabras, Hi Jong.
- De acuerdo. Vayamos al grano. Dame el Cristal.
- ¿Por qué?
- No te tengo que explicar nada. Una sola palabra mía y desaparecerás bajo el plomo, extranjero.
- Veo que chocheas. En los buenos tiempos, nunca creí que un luchador como tú tuviera que requerir a todo un ejército para acabar conmigo. ¿Acaso me tienes miedo?
Jeremy acababa de tocar la tecla indicada. El orgullo de Hi Jong era tan grande que resultaba inevitable que entrara en el juego. Después de unos segundos de tenso silencio, el anciano miró a los mercenarios.
- Bajad las armas. No necesito vuestra ayuda para recuperar el Cristal.
Los confundidos soldados obedecieron las órdenes de Hi Jong y se retiraron a una posición secundaria. El anciano se acercó a Jeremy con actitud desafiante. Apenas unos centímetros separaban los rostros de los dos hombres.
- ¿Dónde está? –dijo Hi Jong casi en un susurro.
- No te lo diré. Antes tendrás que acabar conmigo. –respondió Jeremy de manera contundente.
- Que así sea.
Antes siquiera de poder respirar, el anciano envió un certero puñetazo al rostro de Jeremy para más tarde cargar con la diestra de nuevo. Lejos de ofrecer la otra mejilla, el antiguo alumno de Chow dio un paso hacia atrás para tomar impulso y responder el envite con una fuerte patada en el estómago del anciano. La lucha había comenzado.
Durante los minutos siguientes, ambos adversarios cruzaron sendos golpes infructuosos. De momento, tan sólo se estaban estudiando. A pesar de ello, los diez soldados seguían con detenimiento una lucha que al contrario de lo que habían pensado, estaba siendo equitativa. Nunca habían visto a un anciano moverse de tal forma.
El estado físico de Hi Jong también tomó por sorpresa a Jeremy, quien confiaba en la diferencia de edad para cambiar el resultado de una lucha que tuvo un mal precedente hace años.
- Sigues moviéndote como un tortuga, extranjero
Una serie de golpes bien conectados hicieron que Hi Jong tuviera que retroceder unos pasos. De su sangre emanaba un pequeño reguero de sangre.
- Las tortugas viven muchos años y yo todavía soy joven, no lo olvides vejestorio.
- ¿De verdad crees que puedes vencerme?
- Nunca he estado tan convencido de algo como ahora.
- ¿Y para qué? ¿Para cumplir la voluntad de un mentiroso como Chow?
- Nunca le llegaste al maestro ni a la suela de las botas.
El envite de Hi Jong se hizo esperar, pero fue contundente. Su pierna impactó en el rostro de Jeremy y perdió el equilibrio. El anciano aprovecho para asestarle cuatro golpes en el estómago con tanta velocidad que parecieron sólo dos. Otro codazo tuvo como objetivo la nuca y el antiguo alumno de Chow cayó de bruces al suelo. Antes de que Hi Jong pudiera asestarle el golpe de gracia, Jeremy se levantó de un salto, apoyó su pie izquierdo en un árbol para tomar impuso y descargó un tremendo puntapié con la pierna derecha que no encontró destino. El anciano devolvió el envite con los mismos resultados. Jeremy paró uno de los golpes con su brazo, mientras con el puño que le quedaba libre hacía crujir la mandíbula de su adversario. Éste se repuso del golpe con una rapidez asombrosa y utilizó sus piernas para intentar hacer caer a Jeremy, quien ya sabía ese viejo truco y pudo sortearlo.
Después de casi diez minutos, la pelea había entrado ya en una fase diferente y los contendientes no se cortaban a la hora de asestar patadas y puñetazos. Poco a poco, las marcas de la lucha iban apareciendo en los dos, mientras el cielo volvía de nuevo a descargar agua.
Los soldados veían sorprendidos cómo los dos luchadores empezaba a dar muestras de lo que eran capaces de hacer sin que el agotamiento hiciera acto de presencia.
Un golpe de Hi Jong impactó en la cara de Jeremy y el anciano aprovechó para lanzarle contra uno de los bancos del aparcamiento. Tendido boca abajo con un hilo de sangre surcando su mejilla, el antiguo alumno esperó el ataque del traidor. Cuando este se acercó para asestar una nueva patada, Jeremy golpeó con dureza el pié de apoyo de Hi Jong y éste cayó al suelo.
Aunque físicamente no acababa de sufrir ningún contratiempo, el orgullo del anciano estaba herido. Desde que entró en el monasterio, tan sólo Chow había conseguido sentarle en el firme.
- ¿Qué pasa, te duele el culo, viejo? –dijo Jeremy a sabiendas de que eso encendería la mecha.
- Maldito extranjero. ¡Basta de juegos! Esto terminará con tu muerte. ¡Traed las espadas!
- He soñado muchas veces con este momento Hi Jong –afirmó Jermy con los ojos clavados en el anciano.
Un soldado se acercó a un coche y cogí dos katanas del maletero. Se acercó a Hi Jong y le dio una de ellas.
- Señor, ¿de verdad quiere que le de la otra? Podríamos acabar esto en un segundo.
- Dásela y cállate. No tienes ni idea de lo que va todo esto. Un tipo como tú nunca lo comprendería.
El mercenario obedeció la orden y se acercó a Jeremy para ofrecerle el arma. La lucha iba a entrar por fin en su última fase. Los adversarios se estudiaban mientras el agua corría por sus cuerpos. La tormenta se acercaba y un relámpago en la lejanía iluminó las espadas.
- Dame el Cristal y te perdonaré la vida.
- Ni lo sueñes, asesino.
- ¿Asesino? Sólo hice lo que tenía que hacer. Y volvería a hacerlo.
- ¿Por qué?
- Porque el Cristal es una joya muy poderosa.
- Y la quieres para ti…
- Yo soy el único que puede guardarla.
- No me hagas reir. El destino del Cristal es encontrar a su legítimo dueño. Por eso lo guardaba el maestro Chow.
- No puedo permitir que eso suceda. Sería el fin.
- ¿El fin de qué? ¿De tu orgullo?
- Pongamos fin a esto. Te doy una última opción. Dime donde está.
- Tendremos que cruzar las espadas.

..................................................
Mientras tanto, un centenar de kilómetros al norte, el coche de Aitor circulaba echando humo. El viejo motor no había resistido el esfuerzo al que había sido sometido en las últimas horas y dijo basta. La joven Cynthia no tuvo más remedio que abandonarlo en la cuneta y seguir su huida a través del bosque.
La rabia había dejado paso al miedo hace ya tiempo, y la muchacha sabía que su padre se estaba jugando la vida por aquel bulto que llevaba en el forro de la cazadora.
…Ni siquiera lo había mirando….

viernes, 13 de febrero de 2009

La Búsqueda

El encargado de la Oficina de Objetos Perdidos no daba crédito a lo que oía. Al otro lado del mostrador, un joven acababa de describirle con todo lujo de detalles lo que días atrás había perdido, fruto de un imperdonable descuido.

"Eso que usted me dice...¡¡¡dudo mucho que exista!!! , no pudo usted haber tenido nada parecido en toda su vida ..."

El joven guardó la foto de Ella en su bolsillo, y encogiendo los hombros susurró : "es todo eso, y más", mientras se encaminaba hacia la puerta, presto a seguir buscándola en otra parte...
...sin pausa.

jueves, 8 de enero de 2009

-Ansias de Poder-

El Rey caminó lentamente hacia su trono , desde el cual podía divisar todo aquello que durante muchos años formó parte de su jurisdicción.

Su ansia de poder le distrajo a la hora de cerrar varias fronteras, por donde mientras alimentaba su EGO varios enemigos desconocidos para Él franqueaban los muros de su territorio: El ejército del Desamor, liderado por la Decepción apoyados en el Hartazgo y su temible compañero , el Desengaño campaban a sus anchas ante la mirada atónita de Éste.

Desde su trono observó impotente el irreversible avance de su temible enemigo aceptando lo inevitable , atormentándolo.

Envió un hombre de su confianza para negociar un arreglo que pusiera fin a su tormento,este regresó con una leve tregua, pero con la mirada de aquel que sabe que el final está cerca.

Mientras el sol se ponía alla donde su vista llegaba, Éste se rebeló ante la idea de ver perdida su preciada conquista.

Mientras caminaba despacio con la mirada perdida hacia la carpa preparada al pie de su palacio , anunció el destierro de su fiel consejero Egoismo, su dimisión dejando el cargo en manos de la justicia y mandó liberar a los hasta entonces reos :
Generosidad, Sensatez y Reciprocidad, invitándolos a la cena en la que junto a los emisarios rebeldes, intentaría remediar el tormento causante de su desasosiego.

Y por fin , tras años de ceguera , abrió los ojos y pudo ver....