Es tan fácil equivocarse,
pasar del todo a la nada,
del amor a la soledad,
de la vida a la muerte…
Parece que todos los caminos
fueron trazados para perderse,
que el libre albedrío
se nos concedió para poder errar,
que todos los hombres
aprendieron a andar para caerse.
Una sola vez me equivoqué
y perdí el paraíso de tu belleza.
Desde entonces, tal vez por coherencia,
me he equivocado ya siempre.
NO PUEDO PARAR DE CREAR
El fotógrafo gallego José Cendón escribe "Billete de ida". Es la historia de una persona que no deja de luchar por la suerte de África.
Envía una foto de actualidad y sera publicada.
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viernes, 22 de agosto de 2008
jueves, 21 de agosto de 2008
Profundas Lagunas
Cuando me pongo a recordar
de las noches de litros vividas,
siempre que logro observar
entre lagunas sin medidas,
a un ser consigo contemplar
con similitudes físicas más que parecidas,
mas comportamiento hace avergonzar
al ver sus idas y venidas
sin pararse de tambalear.
¿Quién eres tú que a nadie intimidas?
culpa de la luna que no me hace controlar
los agasajos de las fiestas extrovertidas
y cuyo ser prefiero olvidar,
con el fin de las memorias aborrecidas
sin entrometidos que puedan declamar
las historias malavenidas
de ese individuo del que quiero renegar.
de las noches de litros vividas,
siempre que logro observar
entre lagunas sin medidas,
a un ser consigo contemplar
con similitudes físicas más que parecidas,
mas comportamiento hace avergonzar
al ver sus idas y venidas
sin pararse de tambalear.
¿Quién eres tú que a nadie intimidas?
culpa de la luna que no me hace controlar
los agasajos de las fiestas extrovertidas
y cuyo ser prefiero olvidar,
con el fin de las memorias aborrecidas
sin entrometidos que puedan declamar
las historias malavenidas
de ese individuo del que quiero renegar.
Se la dedico al Jorgy por su afán fabulillero poético y el cual me ha inspirado esta poesía. Espero que os guste.
Escrito y dedicado por Jaimelón y su Burbujón
Reflexión (II)
El extraño del espejo
me mira con insolencia,
Tan parecido a mi,
se pregunta, quien seré yo.
me mira con insolencia,
Tan parecido a mi,
se pregunta, quien seré yo.
miércoles, 20 de agosto de 2008
Yo Yazco. Capítulo II. El Bosque del Loco.
"El primer capítulo de esta saga lo puedes encontrar en http://www.the-naas.spaces.live.com/. dale un vistacillo si te quieres enterar del rollo"
Hoy es el día del señor. Yo soy la rebanada número dos, la más madrugadora. Es de esos días que decides disfrutarlo. Te despiertan los cánticos de los orkiplateriscos y el colchón es una mezcla de hierba fresca y margatrislas. El sol empieza a escupir vida y un aroma libertino recorre el bosque. No soy de esos que contemplan los amaneceres. Simplemente miro al cielo mientras vacío mi interior de líquido.
Es un pequeño bosquecillo pero frondoso, donde decidimos matar el sueño. La mayoría de los árboles son panotecos, yo nunca había oído hablar de ellos hasta que lo comentó el Javo.
- Mirad, un quebos de panotecos. Ideal para pasar la cheno.
Según él, estos árboles eran idóneos para dormir, ya que se dan en suelos secos pero con abundancia de minerales utrícsenos. Por lo que estas condiciones hacían crecer abundante hierba y margatrislas, que son flores idénticas a las margaritas pero que han desarrollado la sabiduría del amor para su supervivencia. Como dijo - Con sólo arrancar uno de sus pétalos blancos te dice si tu amor te quiere o no te quiere. Las podéis distinguir porque en la roseta amarilla se divisa una forma en corazón rojo.
- ¿Y cómo te dicen si te quieren o no?- Preguntó Giorgi, mientras observaba las flores.
- Hablando, como quieres te lo digan. –Respondió.
- Ahh!!
- Pero si una puta planta herbácea no puede hablar joder!!! - Les comento. - Además aunque sólo las quites un pétalo, ya la has arrancado del suelo y morirá.
- Si claro.- Dijo Javo.- Pero debes tener en cuenta las raíces supratéticas que desarrolla después del desmembramiento.
- Ahh!!:
- Pero, pero... si eso es imposible. Es antinatural, ¿cómo desarrollan las raíces esas? - Le pregunté.
- Ahí es donde entran los orkiplateriscos. Son pájaros que sólo hacen sus nidos en los panotecos y se alimentan de pétalos de margatrislas. Aquí empieza la simbiosis. Comen dos o tres pétalos por flor y mientras llenan sus estómagos, las flores elevan desde la colorida roseta sus trompas falopianas hacia los genitales de los pájaros, y se alimentan de sus ladillas. Además estas trompas sirven de aparato reproductor.
- Ahh!
- Pero se reproducirán por el polen ese. - Dije.
- No! Por polvos, como tú y yo.
- Ahh! Quiero saber más. - Dijo Giorgi. - ¿Se pueden fumar las marga…éstas?
- Sólo es fumable las trompas falopianas. - Comentó Javo.- Pero debes ser un buen cirujano para poder extraerlas.
Javo, que es la primera rebanada, siguió hablando. Siempre tiene algo interesante que contar, pero es difícil seguir sus explicaciones llenas de palabras de esas, “palabras profesionales”.
- Bueno hablando de fumar. Las hojas de los panotecos tienen efectos similares al vino tinto. - Explicó.
Luego contó que los panotecos tienen hojas carentes, que son como las perennes pero en invierno caen todas al suelo. Ese es el momento ideal para fumarlas.
- Ojalá fuera invierno. Dijo Giorgi, el jamón de york.
El anteriormente conocido como el jodido mental de mi izquierda, comentó que las hojas de los árboles son abrigos invertidos, y los trocaceos caducos se despojan de las hojas y muestran su desnudez a la madre naturaleza, a así desnudos, se produce la mayor orgía natural del universo. Pero que ningún humano a podido verla o recordarla, porque todo el mundo sabe que la resina seminal del panoteco, entra por las fosas nasales, los pabellones auditivos y los esfínteres provocando la inversión de los polos del corazón. Produciendo una regresión en el aparato circulatorio. Entonces las aurículas se creen ventrílocuas e intentan la emisión de un sonido que revienta las dos cavidades inferiores del corazón, quedando la persona en un schok profundo y perdiendo la sensibilidad en las piernas.
Arranqué una margatrisla y la seccioné un pétalo.
- No te kieruuuu…. Se oyó.
- Corcho lis. Miré al Javo y noté que ocultaba algo. - Has sido tú.
Arranqué un pétalo de otra flor mientras observaba al Javo. Silencio.
- Será muda. Dijo Giorgi.
La idea que tenia el Javo para dormir se basaba en el calor humano. Yo no soy partidario del contacto carnal con los miembros masculinos de mi especie, pero mi compañero apeló a la supervivencia del grupo. La verdad, aunque asusta, es que había demostrado tener razón en todas sus ideas, y además, ésta en concreto era la menos absurda de todas las que había tenido hasta el momento.
En principio y por sorteo, yo debía ser el jamón de york, pero renuncié a tal puesto a favor de Giogi que parecía el que más frió tenía del trío. En verdad cedí mi puesto, ya que no me hacía mucha gracia dormir pegado entre dos hombres que no conocían la libertad desde hace unos cuantos años, y no olvidar el hecho de que estaban encerrados en un manicomio, y ninguno de los dos había demostrado ningún mérito para hacerme creer que su privación de libertad, fue un fallo de la justicia estatal.
Como iba relatando, hoy es el día del señor. Soy la rebanada numero dos y estoy perdido en un bosque con los árboles más extraños que he conocido nunca y con los dos tíos más tocacojones que te puedes encontrar en la faz de la tierra.
Los tocacojones por excelencia no se atacan entre ellos, sino que unen sus fuerzas, hasta llegar a un nivel desquiciador de hijoputismo.
- El primero que se levante debe preparar el desayuno. Me dice el Javo, sin abrir los ojos.
- Vas listo. contesté.
- El primero que se levanta debe preparar el desayuno. Dice Giorgi.
- Pero que par de hi…
- Dos votos a favor, tú preparas el desayuno. - Dijo Javo cortándome la frase. Es imposible discutir con tales personajes.
- ¿Y qué cojones vamos a comer en este jodido lugar? - Pregunté indignado.
- Para mí un poco de jabalí y leche de cabra. Contesta Javo.
- Yo, un puro habano. Murmuró Giorgi.
Di media vuelta. Caminando indignado mascullaba insultos hacia la pareja acurrucada a la vera de un panoteco. ¡Qué panotecos ni hostias! Estos son robles de toda la vida.
Mientras ando, discuto conmigo mismo la posibilidad de marcharme sólo y dejar atrás a estos dos indeseables. La frase “mejor sólo que mal acompañado” adquiere un significado cúbicamente superior a cualquiera conocido hasta entonces. Pero un algo… alguna cosa, una estúpida sensación desconocida me ata a mis compañeros de huida. Y no me refiero ha que me esté volviendo marica.
Siempre he sido una persona solitaria, sin familia, ni amigüitos… no he tenido grandes fiestas de cumpleaños, jugaba al fútbol con piedras y los reyes magos sólo han sido una posibilidad de empleo basura para la navidad.
Como miembro único de mi unidad familiar individual, me encanta la navidad. No creáis que envidio reuniones familiares llenas de esa felicidad, ese calor humano que fluye por los centros comerciales, esos caprichitos innecesarios imprescindibles en tales fechas. En navidad el egoísmo es tal que la gente se vuelve amable para sentirse bien. Bueno, yo no recuerdo a nadie que me haya sido amable. Ordiga, tanto hablar conmigo mismo, y me pierdo estando perdido en un bosque… Arrea!!! ¿Y el bosque?
Doy media vuelta y veo los árboles a unos cien metros. Pero mi vista se desvía hacia donde nace el sol, para observar a lo lejos una especie de cobertizo. Tras una corta caminata, llego a un recinto vallado. En su interior hay un aprisco. Huele fatal. Me recuerda al sanatorio, cuando “el demente fecal” reventó no se como la fosa séptica esa, donde va toda la mierda. Seguro que el Javo tuvo algo que ver.
Me acerco lentamente a la construcción de madera y quiño un ojo para mirar por una pequeña rendija que hay entre los tablones. Huele a oveja. Pero no hay ovejas. Sólo queda su olor.
La siempre madrugadora luz del sol se filtra por las paredes imperfectas del aprisco, creando en su interior una iluminación prácticamente religiosa. Sigo lentamente los rayos de luz con mi ojo. Ostia! Pierdo el equilibrio y caigo de culo. Dentro hay algo. Una especie de oveja negra humana.
La mano me tiembla y el estomago intenta hablar. Debe ser el miedo, ¿o es el hambre?
Miraré con mi otro ojo no ciego. A ver si me dice lo mismo. Es increíble, la luz lo ilumina, pero la cosa está en la sombra. Antinaturalmente los rayos de sol se curvan para mostrarme su figura. Sin duda es un Hombre-Oveja.
- Eh! Psss! Pero no responde.
- Eh! Tú! Cosa! ¿me oyes? – grito. Sigue sin responder.
Busco una puerta de entrada. Ondia! Ninguna de las paredes tiene entrada. – Que raro. Cojo un palo e intento tocar a la cosa por entre los maderos. No he oído nada igual. El posible hombre-oveja se ha cagado en todo lo cagable, muy por encima de Dios. Sus gritos son bastante graves. Paso de quedarme a escucharlo. He debido correr los 100m pradera en un tiempo record. Me introduciré en el bosque en busca de Giorgio y Javo.
Hoy es el día del señor. Yo soy la rebanada número dos, la más madrugadora. Es de esos días que decides disfrutarlo. Te despiertan los cánticos de los orkiplateriscos y el colchón es una mezcla de hierba fresca y margatrislas. El sol empieza a escupir vida y un aroma libertino recorre el bosque. No soy de esos que contemplan los amaneceres. Simplemente miro al cielo mientras vacío mi interior de líquido.
Es un pequeño bosquecillo pero frondoso, donde decidimos matar el sueño. La mayoría de los árboles son panotecos, yo nunca había oído hablar de ellos hasta que lo comentó el Javo.
- Mirad, un quebos de panotecos. Ideal para pasar la cheno.
Según él, estos árboles eran idóneos para dormir, ya que se dan en suelos secos pero con abundancia de minerales utrícsenos. Por lo que estas condiciones hacían crecer abundante hierba y margatrislas, que son flores idénticas a las margaritas pero que han desarrollado la sabiduría del amor para su supervivencia. Como dijo - Con sólo arrancar uno de sus pétalos blancos te dice si tu amor te quiere o no te quiere. Las podéis distinguir porque en la roseta amarilla se divisa una forma en corazón rojo.
- ¿Y cómo te dicen si te quieren o no?- Preguntó Giorgi, mientras observaba las flores.
- Hablando, como quieres te lo digan. –Respondió.
- Ahh!!
- Pero si una puta planta herbácea no puede hablar joder!!! - Les comento. - Además aunque sólo las quites un pétalo, ya la has arrancado del suelo y morirá.
- Si claro.- Dijo Javo.- Pero debes tener en cuenta las raíces supratéticas que desarrolla después del desmembramiento.
- Ahh!!:
- Pero, pero... si eso es imposible. Es antinatural, ¿cómo desarrollan las raíces esas? - Le pregunté.
- Ahí es donde entran los orkiplateriscos. Son pájaros que sólo hacen sus nidos en los panotecos y se alimentan de pétalos de margatrislas. Aquí empieza la simbiosis. Comen dos o tres pétalos por flor y mientras llenan sus estómagos, las flores elevan desde la colorida roseta sus trompas falopianas hacia los genitales de los pájaros, y se alimentan de sus ladillas. Además estas trompas sirven de aparato reproductor.
- Ahh!
- Pero se reproducirán por el polen ese. - Dije.
- No! Por polvos, como tú y yo.
- Ahh! Quiero saber más. - Dijo Giorgi. - ¿Se pueden fumar las marga…éstas?
- Sólo es fumable las trompas falopianas. - Comentó Javo.- Pero debes ser un buen cirujano para poder extraerlas.
Javo, que es la primera rebanada, siguió hablando. Siempre tiene algo interesante que contar, pero es difícil seguir sus explicaciones llenas de palabras de esas, “palabras profesionales”.
- Bueno hablando de fumar. Las hojas de los panotecos tienen efectos similares al vino tinto. - Explicó.
Luego contó que los panotecos tienen hojas carentes, que son como las perennes pero en invierno caen todas al suelo. Ese es el momento ideal para fumarlas.
- Ojalá fuera invierno. Dijo Giorgi, el jamón de york.
El anteriormente conocido como el jodido mental de mi izquierda, comentó que las hojas de los árboles son abrigos invertidos, y los trocaceos caducos se despojan de las hojas y muestran su desnudez a la madre naturaleza, a así desnudos, se produce la mayor orgía natural del universo. Pero que ningún humano a podido verla o recordarla, porque todo el mundo sabe que la resina seminal del panoteco, entra por las fosas nasales, los pabellones auditivos y los esfínteres provocando la inversión de los polos del corazón. Produciendo una regresión en el aparato circulatorio. Entonces las aurículas se creen ventrílocuas e intentan la emisión de un sonido que revienta las dos cavidades inferiores del corazón, quedando la persona en un schok profundo y perdiendo la sensibilidad en las piernas.
Arranqué una margatrisla y la seccioné un pétalo.
- No te kieruuuu…. Se oyó.
- Corcho lis. Miré al Javo y noté que ocultaba algo. - Has sido tú.
Arranqué un pétalo de otra flor mientras observaba al Javo. Silencio.
- Será muda. Dijo Giorgi.
La idea que tenia el Javo para dormir se basaba en el calor humano. Yo no soy partidario del contacto carnal con los miembros masculinos de mi especie, pero mi compañero apeló a la supervivencia del grupo. La verdad, aunque asusta, es que había demostrado tener razón en todas sus ideas, y además, ésta en concreto era la menos absurda de todas las que había tenido hasta el momento.
En principio y por sorteo, yo debía ser el jamón de york, pero renuncié a tal puesto a favor de Giogi que parecía el que más frió tenía del trío. En verdad cedí mi puesto, ya que no me hacía mucha gracia dormir pegado entre dos hombres que no conocían la libertad desde hace unos cuantos años, y no olvidar el hecho de que estaban encerrados en un manicomio, y ninguno de los dos había demostrado ningún mérito para hacerme creer que su privación de libertad, fue un fallo de la justicia estatal.
Como iba relatando, hoy es el día del señor. Soy la rebanada numero dos y estoy perdido en un bosque con los árboles más extraños que he conocido nunca y con los dos tíos más tocacojones que te puedes encontrar en la faz de la tierra.
Los tocacojones por excelencia no se atacan entre ellos, sino que unen sus fuerzas, hasta llegar a un nivel desquiciador de hijoputismo.
- El primero que se levante debe preparar el desayuno. Me dice el Javo, sin abrir los ojos.
- Vas listo. contesté.
- El primero que se levanta debe preparar el desayuno. Dice Giorgi.
- Pero que par de hi…
- Dos votos a favor, tú preparas el desayuno. - Dijo Javo cortándome la frase. Es imposible discutir con tales personajes.
- ¿Y qué cojones vamos a comer en este jodido lugar? - Pregunté indignado.
- Para mí un poco de jabalí y leche de cabra. Contesta Javo.
- Yo, un puro habano. Murmuró Giorgi.
Di media vuelta. Caminando indignado mascullaba insultos hacia la pareja acurrucada a la vera de un panoteco. ¡Qué panotecos ni hostias! Estos son robles de toda la vida.
Mientras ando, discuto conmigo mismo la posibilidad de marcharme sólo y dejar atrás a estos dos indeseables. La frase “mejor sólo que mal acompañado” adquiere un significado cúbicamente superior a cualquiera conocido hasta entonces. Pero un algo… alguna cosa, una estúpida sensación desconocida me ata a mis compañeros de huida. Y no me refiero ha que me esté volviendo marica.
Siempre he sido una persona solitaria, sin familia, ni amigüitos… no he tenido grandes fiestas de cumpleaños, jugaba al fútbol con piedras y los reyes magos sólo han sido una posibilidad de empleo basura para la navidad.
Como miembro único de mi unidad familiar individual, me encanta la navidad. No creáis que envidio reuniones familiares llenas de esa felicidad, ese calor humano que fluye por los centros comerciales, esos caprichitos innecesarios imprescindibles en tales fechas. En navidad el egoísmo es tal que la gente se vuelve amable para sentirse bien. Bueno, yo no recuerdo a nadie que me haya sido amable. Ordiga, tanto hablar conmigo mismo, y me pierdo estando perdido en un bosque… Arrea!!! ¿Y el bosque?
Doy media vuelta y veo los árboles a unos cien metros. Pero mi vista se desvía hacia donde nace el sol, para observar a lo lejos una especie de cobertizo. Tras una corta caminata, llego a un recinto vallado. En su interior hay un aprisco. Huele fatal. Me recuerda al sanatorio, cuando “el demente fecal” reventó no se como la fosa séptica esa, donde va toda la mierda. Seguro que el Javo tuvo algo que ver.
Me acerco lentamente a la construcción de madera y quiño un ojo para mirar por una pequeña rendija que hay entre los tablones. Huele a oveja. Pero no hay ovejas. Sólo queda su olor.
La siempre madrugadora luz del sol se filtra por las paredes imperfectas del aprisco, creando en su interior una iluminación prácticamente religiosa. Sigo lentamente los rayos de luz con mi ojo. Ostia! Pierdo el equilibrio y caigo de culo. Dentro hay algo. Una especie de oveja negra humana.
La mano me tiembla y el estomago intenta hablar. Debe ser el miedo, ¿o es el hambre?
Miraré con mi otro ojo no ciego. A ver si me dice lo mismo. Es increíble, la luz lo ilumina, pero la cosa está en la sombra. Antinaturalmente los rayos de sol se curvan para mostrarme su figura. Sin duda es un Hombre-Oveja.
- Eh! Psss! Pero no responde.
- Eh! Tú! Cosa! ¿me oyes? – grito. Sigue sin responder.
Busco una puerta de entrada. Ondia! Ninguna de las paredes tiene entrada. – Que raro. Cojo un palo e intento tocar a la cosa por entre los maderos. No he oído nada igual. El posible hombre-oveja se ha cagado en todo lo cagable, muy por encima de Dios. Sus gritos son bastante graves. Paso de quedarme a escucharlo. He debido correr los 100m pradera en un tiempo record. Me introduciré en el bosque en busca de Giorgio y Javo.
Continuará?
Ediciones MukaMaluga. By KoKe.
Reflexión
De los besos robados en la noche,
Quedan huellas, en la foto, de carmín,
Besos inocentes de enamorado...
¿O es un rastro de sangre derramada
Inútilmente en un abrazo mortal?
Quedan huellas, en la foto, de carmín,
Besos inocentes de enamorado...
¿O es un rastro de sangre derramada
Inútilmente en un abrazo mortal?
martes, 19 de agosto de 2008
La Gran Quedada
- Ya era hora. Llevamos aquí plantados más de veinte minutos.
- Joder, perdona, estaba… atando algunos cabos. ¿Estamos listos?
- Si.
- Bien. La de hoy será una noche histórica. ¿Habéis traído todo?
- Creo que sí
- De acuerdo, vamos.
La luz de las farolas guiaba el camino de Aitor, Manu y Desi, tres amigos de la infancia que aún permanecían unidos mientras el resto de la pandilla buscaba una vida mejor lejos de aquella vetusta ciudad. Era una noche fría y solitaria. Apenas un gato y algún cuervo se cruzaron en el camino de los todavía jóvenes hombres. Los tres sabían perfectamente a dónde se dirigían. Una pequeña nave industrial abandonada hacía algún tiempo, y que tan sólo por esa noche, se convertiría en su mundo.
El camino hasta allí era largo, y la emoción grande, por lo que poco a poco se fue animando la conversación.
- Oye Manu, ¿tu por qué vas a la nave? –preguntó Desi
- Para drogarme a saco. Me han asegurado que habrá de todo, y ya sabes que antes de morir quiero probar todas las drogas de este mundo.
- No vas mal encaminado –añadió Aitor-. El jueves llevabas un ciego de la hostia.
- Bueno, no estuvo mal, pero todavía me acuerdo de muchas cosas, jajaja. ¿Y porqué vas tú?
- … Por Raquel. Llevo cuatro meses detrás de ella y esta es la noche perfecta. Me la voy a follar como un animal… o al menos eso espero…
- Tu tranquilo, sino es Raquel será otra, pero hoy follamos todos… y varias veces.
- ¿Y tú Aitor? ¿Por qué vienes? –requirió Desi
- Si eso. La idea fue tuya –añadió Manu.
- … por pasar un buen rato.
- No te lo crees ni tú. Nos vendiste la moto con tantas ganas que tiene que haber algo oculto.
- No lo hay. Os lo puedo asegurar. Yo solo quiero drogarme y follar, al igual que vosotros.
Sin apenas darse cuenta, el trío llegó a su destino. Un gorila guardaba la puerta de las miradas indiscretas y alejaba a los curiosos del lugar. En cuanto vió que se acercaban los tres jóvenes dijo con voz tajante y seca.
- Nombre
- Yo soy Aitor Lafuente.
- Manuel Diaz.
- Desiderio González de Castro.
Después de echar una ojeada a la lista y encontrar a los tres sujetos en ella, el gorila les permitió la entrada.
Lo que vieron entonces les dejó sin habla. Decenas de sofás y camas repartidos por toda la nave servían como lugar de encuentro de desconocidos. La cocaína, el alcohol y los pechos al aire deambulaban como un ejército a punto de entrar en batalla.
En una esquina, una chica que apenas contaba la veintena, se aplicaba en mamar de dos penes a la vez. Otras tres mujeres se repartían el amor de un hombre en otra cama, mientras el dj pinchaba música disco sin parar.
La orgía acababa de comenzar.
- Joder, joder y joder. ¡Esto va a ser la hostia compañeros!
- Allí está Raquel… Hasta luego chicos, tengo algo que hacer….
- Eso, vete… Vamos a drogarnos y a pillar a una fulana Desi.
- De acuerdo…¿Sabes? Nunca he hecho un trío.
- Yo nunca se la he metido por el culo a ninguna…. Vamos…
Seis horas después la fiesta continuaba sin descanso. Muchos aguantaban entrando y saliendo de los cuerpos femeninos tomando las milagrosas pastillas azules, mientras que ellas sólo necesitaban algo de cocaína para disfrutar a los mismos niveles.
A esas alturas, nadie quedaba ya por probar alguno de los placeres que se habían puesto a su disposición.
De repente, el dj cortó el hilo musical y se acercó al micrófono.
- Es la hora.
Poco a poco, todos los que estaban en la nave fueron levantándose y dirigiéndose a una pequeña sala contigua. Uno a uno fueron entrando en el reducido espacio hasta que todos se colocaron como estaba establecido.
En ese momento se cerró la puerta por fuera y Aitor se dirigió a sus amigos.
- Es cierto. Tenía un motivo oculto por el que quería venir aquí…. Quería conocer el infierno.
Apenas había terminado de pronunciar las últimas palabras cuando una marabunta de llamas invadió la sala a través de quince tubos que se abrían paso por las paredes.
Cinco minutos después, Aitor cumplió su sueño.
- Joder, perdona, estaba… atando algunos cabos. ¿Estamos listos?
- Si.
- Bien. La de hoy será una noche histórica. ¿Habéis traído todo?
- Creo que sí
- De acuerdo, vamos.
La luz de las farolas guiaba el camino de Aitor, Manu y Desi, tres amigos de la infancia que aún permanecían unidos mientras el resto de la pandilla buscaba una vida mejor lejos de aquella vetusta ciudad. Era una noche fría y solitaria. Apenas un gato y algún cuervo se cruzaron en el camino de los todavía jóvenes hombres. Los tres sabían perfectamente a dónde se dirigían. Una pequeña nave industrial abandonada hacía algún tiempo, y que tan sólo por esa noche, se convertiría en su mundo.
El camino hasta allí era largo, y la emoción grande, por lo que poco a poco se fue animando la conversación.
- Oye Manu, ¿tu por qué vas a la nave? –preguntó Desi
- Para drogarme a saco. Me han asegurado que habrá de todo, y ya sabes que antes de morir quiero probar todas las drogas de este mundo.
- No vas mal encaminado –añadió Aitor-. El jueves llevabas un ciego de la hostia.
- Bueno, no estuvo mal, pero todavía me acuerdo de muchas cosas, jajaja. ¿Y porqué vas tú?
- … Por Raquel. Llevo cuatro meses detrás de ella y esta es la noche perfecta. Me la voy a follar como un animal… o al menos eso espero…
- Tu tranquilo, sino es Raquel será otra, pero hoy follamos todos… y varias veces.
- ¿Y tú Aitor? ¿Por qué vienes? –requirió Desi
- Si eso. La idea fue tuya –añadió Manu.
- … por pasar un buen rato.
- No te lo crees ni tú. Nos vendiste la moto con tantas ganas que tiene que haber algo oculto.
- No lo hay. Os lo puedo asegurar. Yo solo quiero drogarme y follar, al igual que vosotros.
Sin apenas darse cuenta, el trío llegó a su destino. Un gorila guardaba la puerta de las miradas indiscretas y alejaba a los curiosos del lugar. En cuanto vió que se acercaban los tres jóvenes dijo con voz tajante y seca.
- Nombre
- Yo soy Aitor Lafuente.
- Manuel Diaz.
- Desiderio González de Castro.
Después de echar una ojeada a la lista y encontrar a los tres sujetos en ella, el gorila les permitió la entrada.
Lo que vieron entonces les dejó sin habla. Decenas de sofás y camas repartidos por toda la nave servían como lugar de encuentro de desconocidos. La cocaína, el alcohol y los pechos al aire deambulaban como un ejército a punto de entrar en batalla.
En una esquina, una chica que apenas contaba la veintena, se aplicaba en mamar de dos penes a la vez. Otras tres mujeres se repartían el amor de un hombre en otra cama, mientras el dj pinchaba música disco sin parar.
La orgía acababa de comenzar.
- Joder, joder y joder. ¡Esto va a ser la hostia compañeros!
- Allí está Raquel… Hasta luego chicos, tengo algo que hacer….
- Eso, vete… Vamos a drogarnos y a pillar a una fulana Desi.
- De acuerdo…¿Sabes? Nunca he hecho un trío.
- Yo nunca se la he metido por el culo a ninguna…. Vamos…
Seis horas después la fiesta continuaba sin descanso. Muchos aguantaban entrando y saliendo de los cuerpos femeninos tomando las milagrosas pastillas azules, mientras que ellas sólo necesitaban algo de cocaína para disfrutar a los mismos niveles.
A esas alturas, nadie quedaba ya por probar alguno de los placeres que se habían puesto a su disposición.
De repente, el dj cortó el hilo musical y se acercó al micrófono.
- Es la hora.
Poco a poco, todos los que estaban en la nave fueron levantándose y dirigiéndose a una pequeña sala contigua. Uno a uno fueron entrando en el reducido espacio hasta que todos se colocaron como estaba establecido.
En ese momento se cerró la puerta por fuera y Aitor se dirigió a sus amigos.
- Es cierto. Tenía un motivo oculto por el que quería venir aquí…. Quería conocer el infierno.
Apenas había terminado de pronunciar las últimas palabras cuando una marabunta de llamas invadió la sala a través de quince tubos que se abrían paso por las paredes.
Cinco minutos después, Aitor cumplió su sueño.
jueves, 14 de agosto de 2008
Tatuajes
Tantas veces intenté diseccionar tu corazón,
enjaular tus sentimientos, embridar tu libertad…
Tú me miras desde lo alto de tu belleza
y me haces sentir oscuro y rastrero,
siempre en pos de un gesto tuyo,
lamiendo el rastro de tu olor,
atónito y lujurioso por tu blancura de paloma,
hambriento de tu carne, sediento de tu alma,
devoto de tu desnudez.
Cualquiera vería que soy yo el esclavo
de esos fantasmas que pueblan mis noches
y que en vano trato de encerrar en un puño,
porque están hechos de aire, suspiros e incertidumbre.
La verdad es que tú eres joven y yo soy viejo,
y cada beso de tu boca me vence,
me perdona y hasta me ofende,
y que la vida es un río que arrastra hasta las piedras más pesadas,
y los actos del amor, tatuajes en la piel
que acabarán por no significar nada.
enjaular tus sentimientos, embridar tu libertad…
Tú me miras desde lo alto de tu belleza
y me haces sentir oscuro y rastrero,
siempre en pos de un gesto tuyo,
lamiendo el rastro de tu olor,
atónito y lujurioso por tu blancura de paloma,
hambriento de tu carne, sediento de tu alma,
devoto de tu desnudez.
Cualquiera vería que soy yo el esclavo
de esos fantasmas que pueblan mis noches
y que en vano trato de encerrar en un puño,
porque están hechos de aire, suspiros e incertidumbre.
La verdad es que tú eres joven y yo soy viejo,
y cada beso de tu boca me vence,
me perdona y hasta me ofende,
y que la vida es un río que arrastra hasta las piedras más pesadas,
y los actos del amor, tatuajes en la piel
que acabarán por no significar nada.
lunes, 11 de agosto de 2008
El Cristal de Jama Cap.4 EL traidor
La mañana discurría tranquila. Los monjes sufrían resignados aquel calor más propio de otros rincones de la tierra mientras daban forma a sus quehaceres cotidianos. Cuatro meses después del combate entre Hi Jong y Jeremy, éste último había comenzado a dar sus primeras lecciones a los alumnos más jóvenes bajo la atenta mirada de su valedor, el maestro Chow.
A nadie le pasaba desapercibido el amor paternal que sentía el anciano por aquel forastero que, sin pretenderlo, se había convertido en una pieza clave dentro del monasterio. Sus conocimientos del mundo exterior superaban con creces a los del resto de monjes, y era habitual que las noches pasaran entre historias de sus ya antiguas aventuras.
Como cada día, los trabajos y entrenamientos se comían la mayoría de horas útiles, hasta que la caída del sol anunciaba el retiro hacia las zonas comunes para compartir mesa y animadas charlas.
Pero aquella noche fue muy diferente.
Antes de sentarse a la mesa, Jeremy pudo comprobar cómo faltaba Xian, uno de sus alumnos, al cual se le había encomendado salir del recinto para buscar hojas de Salix antes del mediodía. Con la duda marcada en su rostro, Jeremy preguntó al resto de alumnos dónde estaba el joven, sin encontrar respuesta alguna.
Ante tal perspectiva, era necesario informar al maestro Chow para ver que debía hacerse, por lo que Jeremy decidió plantear la situación al anciano.
- Maestro… Xian no ha vuelto todavía y ya hace 8 horas que salió. Le ha podido pasar algo.
- Si… llevas razón. Debemos organizar una batida para encontrarle antes de que caiga completamente la noche. Prepáralo todo.
- De acuerdo.
Quince minutos después, una veintena de monjes se apostaban en la puerta del recinto esperando recibir instrucciones cuando divisaron una figura arrastrándose por el camino. Aunque las heridas de su cuerpo no le hacían grato favor, todos los allí presentes conocieron la identidad del individuo. Se trataba de Xian.
Entre cuatro de los más fuertes llevaron el cuerpo casi inerte del joven hasta la vera del maestro Chow. Tan sólo unas tímidas palabras surgieron de su boca antes de caer en la oscuridad:
- Ejército… buscan el Cristal… Hi Jong…
Al igual que muchos de los que allí estaban, Jeremy no acertaba a conectar las palabras de Xian y darles un sentido, pero una rápida mirada a Chow evidenció que un inminente peligro se cernía sobre el monasterio.
- ¡Cerrad las puertas! ¡Coged vuestras armas! ¡¡¡Prepararos para el combate!!! –gritó el maestro mientras llamaba a un aparte a Jeremy.
- ¿Qué es lo que pasa maestro?
- Hay muchas cosas que no sabes, mi joven amigo. Hoy conocerás algunas de ellas. ¿Nunca te has preguntado porqué vivimos tan retirados del resto del mundo?
- Suponía que era para encontrar la espiritualidad.
- Sí, pero hay otras razones más poderosas aún… Nuestra orden recibió hace mil trescientos años el encargo de salvaguardar un tesoro: el Cristal de Jama. Una joya con un poder inmenso, destinado a salir de nuevo y reestablecer los antiguos ordenes mundiales. Durante cientos de años hemos conseguido que el Cristal pasara desapercibido, pero parece que alguien lo ha encontrado…y hará lo que sea para conseguirlo…
- Entonces lo defenderemos.
- No es tan fácil. Ya has oído a Xian. Es un ejército… Además, si saben donde está el Cristal es porque alguien nos ha traicionado….
- …Hi Jong…
- Piensas rápido, mi joven amigo. Seguramente les habrá avisado de nuestras defensas, por lo que parten con suficiente ventaja como para podernos defender con garantías.
- ¿Y que vamos a hacer?
- …. Vamos a sacar el Cristal de aquí….
- ¿Cómo?
- Lo harás tú….¡Sigueme!
Chow llevó a Jeremy hasta el templo central, donde el maestro abrió una trampilla oculta bajo la cual aparecieron un centenar de escaleras subterráneas. Con ayuda de una antorcha, la pareja descendió hasta una especie de cripta, cuyo centro estaba custodiado por un altar sobre el que reposaba una de las joyas más impresionantes que han visto los ojos del hombre. Su brillo azulado contrastaba con la luz de la antorcha, proyectando caprichosos colores y formas en las paredes del templo.
- Cógela y escóndela bien.
Al tocar el Cristal, una extraña sensación recorrido hasta el último trozo del cuerpo de Jeremy y acto seguido pareció que se apagaba su brillo natural.
- No te preocupes. Eso es normal. Volverá a relucir cuando encuentre a su legítimo dueño.
- ¿Pero cómo?
- Él ira hacia el Cristal. Tú sólo serás su custodio hasta que llegue el gran día. Acompáñame.
Jeremy siguió de nuevo al maestro Chow hasta una pequeña puerta que pasaba totalmente desapercibida entre los muros de piedra. Sin saber muy bien cómo lo hizo, el joven vio que el anciano hacía girar los chirriantes goznes. Más allá se abría un oscuro y húmedo túnel.
- Este pasadizo llega hasta el pozo de la aldea de Peitian. Una vez allí deberás alejarte todo lo posible. Vete a un país que nunca antes hayas visitado, donde no se te pueda conocer. Rehaz tu vida y pasa desapercibido, y sobre todo, no hables jamás del Cristal o de la Orden de Jama… Algo me dice que la llegada del elegido está cercana…Que tengas suerte, mi joven amigo- dijo Chow mientras se fundía n un abrazo con su alumno.
- Intentaré salir ileso de esta. Nunca le olvidaré…
- …Yo tampoco… Y ahora ¡Huye!
Mientras Jeremy se abría paso entre las telarañas de ese interminable muro, sobre su cabeza se estaba desarrollando lo que los historiadores conocen como batalla y el resto de los humanos conoce como masacre.
Aunque estaban bien entrenados en el cuerpo a cuerpo, las nuevas armas introducidas por los occidentales daban pocas posibilidades para que los monjes lucharan en igualdad de condiciones. Poco a poco fueron cayendo, hasta que sólo quedaron en pie unos pocos. Asumiendo la derrota, el maestro Chow dio un paso al frente esperando recibir el golpe de gracia.
Hi Jong tomó el testigo surgiendo entre los cuerpos de los mercenarios armaos hasta los dientes.
- ¿Dónde está el Cristal?
- Nunca lo encontrarás.
- ¿Quieres apostar?
Con un simple gesto, Hi Jong se responsabilizó de dar muerte a quien fuera su maestro. Apenas un movimiento de su sable sirvió para cortar la cabeza del anciano.
Con la caída de Chow terminó la historia del monasterio de la Orden de Jama, pero el Cristal estaba a salvo… de momento
Un mercenario se acercó hasta Hi Jong.
- ¿Y ahora, jefe?
- ¿Ahora? Ahora toca buscar a un sucio extranjero…pegadle fuego a todo.
continuará….
A nadie le pasaba desapercibido el amor paternal que sentía el anciano por aquel forastero que, sin pretenderlo, se había convertido en una pieza clave dentro del monasterio. Sus conocimientos del mundo exterior superaban con creces a los del resto de monjes, y era habitual que las noches pasaran entre historias de sus ya antiguas aventuras.
Como cada día, los trabajos y entrenamientos se comían la mayoría de horas útiles, hasta que la caída del sol anunciaba el retiro hacia las zonas comunes para compartir mesa y animadas charlas.
Pero aquella noche fue muy diferente.
Antes de sentarse a la mesa, Jeremy pudo comprobar cómo faltaba Xian, uno de sus alumnos, al cual se le había encomendado salir del recinto para buscar hojas de Salix antes del mediodía. Con la duda marcada en su rostro, Jeremy preguntó al resto de alumnos dónde estaba el joven, sin encontrar respuesta alguna.
Ante tal perspectiva, era necesario informar al maestro Chow para ver que debía hacerse, por lo que Jeremy decidió plantear la situación al anciano.
- Maestro… Xian no ha vuelto todavía y ya hace 8 horas que salió. Le ha podido pasar algo.
- Si… llevas razón. Debemos organizar una batida para encontrarle antes de que caiga completamente la noche. Prepáralo todo.
- De acuerdo.
Quince minutos después, una veintena de monjes se apostaban en la puerta del recinto esperando recibir instrucciones cuando divisaron una figura arrastrándose por el camino. Aunque las heridas de su cuerpo no le hacían grato favor, todos los allí presentes conocieron la identidad del individuo. Se trataba de Xian.
Entre cuatro de los más fuertes llevaron el cuerpo casi inerte del joven hasta la vera del maestro Chow. Tan sólo unas tímidas palabras surgieron de su boca antes de caer en la oscuridad:
- Ejército… buscan el Cristal… Hi Jong…
Al igual que muchos de los que allí estaban, Jeremy no acertaba a conectar las palabras de Xian y darles un sentido, pero una rápida mirada a Chow evidenció que un inminente peligro se cernía sobre el monasterio.
- ¡Cerrad las puertas! ¡Coged vuestras armas! ¡¡¡Prepararos para el combate!!! –gritó el maestro mientras llamaba a un aparte a Jeremy.
- ¿Qué es lo que pasa maestro?
- Hay muchas cosas que no sabes, mi joven amigo. Hoy conocerás algunas de ellas. ¿Nunca te has preguntado porqué vivimos tan retirados del resto del mundo?
- Suponía que era para encontrar la espiritualidad.
- Sí, pero hay otras razones más poderosas aún… Nuestra orden recibió hace mil trescientos años el encargo de salvaguardar un tesoro: el Cristal de Jama. Una joya con un poder inmenso, destinado a salir de nuevo y reestablecer los antiguos ordenes mundiales. Durante cientos de años hemos conseguido que el Cristal pasara desapercibido, pero parece que alguien lo ha encontrado…y hará lo que sea para conseguirlo…
- Entonces lo defenderemos.
- No es tan fácil. Ya has oído a Xian. Es un ejército… Además, si saben donde está el Cristal es porque alguien nos ha traicionado….
- …Hi Jong…
- Piensas rápido, mi joven amigo. Seguramente les habrá avisado de nuestras defensas, por lo que parten con suficiente ventaja como para podernos defender con garantías.
- ¿Y que vamos a hacer?
- …. Vamos a sacar el Cristal de aquí….
- ¿Cómo?
- Lo harás tú….¡Sigueme!
Chow llevó a Jeremy hasta el templo central, donde el maestro abrió una trampilla oculta bajo la cual aparecieron un centenar de escaleras subterráneas. Con ayuda de una antorcha, la pareja descendió hasta una especie de cripta, cuyo centro estaba custodiado por un altar sobre el que reposaba una de las joyas más impresionantes que han visto los ojos del hombre. Su brillo azulado contrastaba con la luz de la antorcha, proyectando caprichosos colores y formas en las paredes del templo.
- Cógela y escóndela bien.
Al tocar el Cristal, una extraña sensación recorrido hasta el último trozo del cuerpo de Jeremy y acto seguido pareció que se apagaba su brillo natural.
- No te preocupes. Eso es normal. Volverá a relucir cuando encuentre a su legítimo dueño.
- ¿Pero cómo?
- Él ira hacia el Cristal. Tú sólo serás su custodio hasta que llegue el gran día. Acompáñame.
Jeremy siguió de nuevo al maestro Chow hasta una pequeña puerta que pasaba totalmente desapercibida entre los muros de piedra. Sin saber muy bien cómo lo hizo, el joven vio que el anciano hacía girar los chirriantes goznes. Más allá se abría un oscuro y húmedo túnel.
- Este pasadizo llega hasta el pozo de la aldea de Peitian. Una vez allí deberás alejarte todo lo posible. Vete a un país que nunca antes hayas visitado, donde no se te pueda conocer. Rehaz tu vida y pasa desapercibido, y sobre todo, no hables jamás del Cristal o de la Orden de Jama… Algo me dice que la llegada del elegido está cercana…Que tengas suerte, mi joven amigo- dijo Chow mientras se fundía n un abrazo con su alumno.
- Intentaré salir ileso de esta. Nunca le olvidaré…
- …Yo tampoco… Y ahora ¡Huye!
Mientras Jeremy se abría paso entre las telarañas de ese interminable muro, sobre su cabeza se estaba desarrollando lo que los historiadores conocen como batalla y el resto de los humanos conoce como masacre.
Aunque estaban bien entrenados en el cuerpo a cuerpo, las nuevas armas introducidas por los occidentales daban pocas posibilidades para que los monjes lucharan en igualdad de condiciones. Poco a poco fueron cayendo, hasta que sólo quedaron en pie unos pocos. Asumiendo la derrota, el maestro Chow dio un paso al frente esperando recibir el golpe de gracia.
Hi Jong tomó el testigo surgiendo entre los cuerpos de los mercenarios armaos hasta los dientes.
- ¿Dónde está el Cristal?
- Nunca lo encontrarás.
- ¿Quieres apostar?
Con un simple gesto, Hi Jong se responsabilizó de dar muerte a quien fuera su maestro. Apenas un movimiento de su sable sirvió para cortar la cabeza del anciano.
Con la caída de Chow terminó la historia del monasterio de la Orden de Jama, pero el Cristal estaba a salvo… de momento
Un mercenario se acercó hasta Hi Jong.
- ¿Y ahora, jefe?
- ¿Ahora? Ahora toca buscar a un sucio extranjero…pegadle fuego a todo.
continuará….
jueves, 7 de agosto de 2008
isla eternidad
Habrá un tiempo en el que la moral y la fe pierdan la batalla contra los avances científicos y la pornografía explícita. Un tiempo en el que la existencia del hombre cobrará la misma importancia metafísica que en el Renacimiento… un tiempo en el que, lejos de ser un mundo apocalíptico, los humanos desarrollen un conocimiento tan grande que las cosas no tendrán sentido tal como las conocemos hoy.
En esa época se desarrollará una historia que hoy me atrevo a presentaros:
John era un tipo normal en comparación con sus coetáneos. Era fuerte, ágil, guapo e inteligente. Al igual que muchos otros, sus progenitores habían decidido no dejar al bebé en manos de la naturaleza, por lo que su genética fue manipulada antes de nacer.
Tenía todo lo que podía llegar a desear: una buena casa, un aerodeslizador de última generación, buenos amigos y suficientes mujeres como para formar el mayor harén del añejo Califato de Córdoba.
Pero no estaba contento.
Sentía que le faltaba algo. Las innumerables juergas, viajes y relaciones sexuales siempre le sabían a poco. Quería más….mucho más.
Un buen día, John paseaba por el puerto y fijó su atención en un letrero luminoso de los que se habían vuelto a poner de moda.
En esa época se desarrollará una historia que hoy me atrevo a presentaros:
John era un tipo normal en comparación con sus coetáneos. Era fuerte, ágil, guapo e inteligente. Al igual que muchos otros, sus progenitores habían decidido no dejar al bebé en manos de la naturaleza, por lo que su genética fue manipulada antes de nacer.
Tenía todo lo que podía llegar a desear: una buena casa, un aerodeslizador de última generación, buenos amigos y suficientes mujeres como para formar el mayor harén del añejo Califato de Córdoba.
Pero no estaba contento.
Sentía que le faltaba algo. Las innumerables juergas, viajes y relaciones sexuales siempre le sabían a poco. Quería más….mucho más.
Un buen día, John paseaba por el puerto y fijó su atención en un letrero luminoso de los que se habían vuelto a poner de moda.
“Isla Eternidad. Disfrute de sus vacaciones para siempre. Ahora con un 30 por ciento de descuento”.
Isla Eternidad era un complejo vacacional del que ya había oído hablar en alguna ocasión. Se trataba de la evolución natural de Marina D´or y similares, pero con unas características bien distintas. El que iba allí, no moría nunca. Su salud siempre era fuerte, y ni las enfermedades ni los accidentes podían acabar con las merecidas vacaciones.
Pero todo tenía un lado negativo, y es que una vez habías entrado en la isla, no podías salir nunca más de allí.
A pesar de ello, John no se lo pensó dos veces. Llegó a casa, preparó un buen número de maletas y cogió el primer vuelo hacia la isla.
Cuando aterrizó vio que estaba desierta y así permaneció, sumido en la más absoluta e interminable soledad por toda la eternidad.
Así que ya sabéis: disfrutad de la vida y recordad que mañana os puede tocar a vosotros vivir una tediosa y aburrida inmortalidad.
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