Habrá un tiempo en el que la moral y la fe pierdan la batalla contra los avances científicos y la pornografía explícita. Un tiempo en el que la existencia del hombre cobrará la misma importancia metafísica que en el Renacimiento… un tiempo en el que, lejos de ser un mundo apocalíptico, los humanos desarrollen un conocimiento tan grande que las cosas no tendrán sentido tal como las conocemos hoy.
En esa época se desarrollará una historia que hoy me atrevo a presentaros:
John era un tipo normal en comparación con sus coetáneos. Era fuerte, ágil, guapo e inteligente. Al igual que muchos otros, sus progenitores habían decidido no dejar al bebé en manos de la naturaleza, por lo que su genética fue manipulada antes de nacer.
Tenía todo lo que podía llegar a desear: una buena casa, un aerodeslizador de última generación, buenos amigos y suficientes mujeres como para formar el mayor harén del añejo Califato de Córdoba.
Pero no estaba contento.
Sentía que le faltaba algo. Las innumerables juergas, viajes y relaciones sexuales siempre le sabían a poco. Quería más….mucho más.
Un buen día, John paseaba por el puerto y fijó su atención en un letrero luminoso de los que se habían vuelto a poner de moda.
En esa época se desarrollará una historia que hoy me atrevo a presentaros:
John era un tipo normal en comparación con sus coetáneos. Era fuerte, ágil, guapo e inteligente. Al igual que muchos otros, sus progenitores habían decidido no dejar al bebé en manos de la naturaleza, por lo que su genética fue manipulada antes de nacer.
Tenía todo lo que podía llegar a desear: una buena casa, un aerodeslizador de última generación, buenos amigos y suficientes mujeres como para formar el mayor harén del añejo Califato de Córdoba.
Pero no estaba contento.
Sentía que le faltaba algo. Las innumerables juergas, viajes y relaciones sexuales siempre le sabían a poco. Quería más….mucho más.
Un buen día, John paseaba por el puerto y fijó su atención en un letrero luminoso de los que se habían vuelto a poner de moda.
“Isla Eternidad. Disfrute de sus vacaciones para siempre. Ahora con un 30 por ciento de descuento”.
Isla Eternidad era un complejo vacacional del que ya había oído hablar en alguna ocasión. Se trataba de la evolución natural de Marina D´or y similares, pero con unas características bien distintas. El que iba allí, no moría nunca. Su salud siempre era fuerte, y ni las enfermedades ni los accidentes podían acabar con las merecidas vacaciones.
Pero todo tenía un lado negativo, y es que una vez habías entrado en la isla, no podías salir nunca más de allí.
A pesar de ello, John no se lo pensó dos veces. Llegó a casa, preparó un buen número de maletas y cogió el primer vuelo hacia la isla.
Cuando aterrizó vio que estaba desierta y así permaneció, sumido en la más absoluta e interminable soledad por toda la eternidad.
Así que ya sabéis: disfrutad de la vida y recordad que mañana os puede tocar a vosotros vivir una tediosa y aburrida inmortalidad.
3 comentarios:
está visto que si no escribo yo, esto se muere como un pez fuera del agua (o en el agua del Ebro cerca de Garoña)
oH! Gabi gracias...he pillado el consejo. Disfruta de la vida cuando puedas. Así que mañana antes de dar el concierto disfrutaré del kalimotxo como nadie a disfrutado nunca, bueno como siempre. A no ser que una chiketa me deje hacer riguelete sobre sus pechos... RIGUELETETA.
ya están las fotos del concierto de quintanilla en www.the-naas.spaces.live.com
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