El Laberinto del Feuno

El Laberinto del Feuno

- Suárez!!! Venga a mi despacho inmediatamente!!!!!!
- Sí señor.
- ¿Se puede saber por qué llega a trabajar 6 horas tarde?
- Bueno, es algo largo de explicar…
- Tiene muchas cosas que hacer antes de irse a casa, pero la más importante ahora mismo es convencerme para que no le despida. Y más vale que tenga una buena excusa. Los clientes birmanos esperaban su presencia…
- De acuerdo, pero me llamará loco… Podría decirle que me he dormido, pero también podría decirle que he salido de casa como siempre, a las 7.15. Lo sé porque tengo el despertador sincronizado con el reloj de la Puerta del Sol. He bajado al garaje y he arrancado el coche. He pulsado el botón del mando que aprieto todos los días para que se abra la maldita puerta del garaje y he salido…Pero en vez de estar en la calle Pérez Galdós, donde usted sabe que vivo, he aparecido en mitad de un bosque.
- ¿Pero que cojones me está contando Suárez?
- ¿No quería que le contase lo que ha pasado? Pues escuche…Estaba en mitad de un jodido bosque. ¿Qué bosque? No lo sé… Pero la puerta del garaje ya no estaba…Después de varios minutos asimilando la situación me he puesto a buscar como un loco el móvil. Estaba apagado. Sin batería. Pero no con la batería agotada, no. Sin batería. Alguien o algo la había quitado… Intente arrancar el coche…Pero en el lugar donde debiera haber estado la ranura del contacto, no había nada… ¿Quiere saber que he hecho después, jefe?
- Pues no mucho, la verdad.
- Pues me he puesto a andar. Como no sabía dónde estaba he ido hacia la derecha. Al rato me he encontrado a una criatura. Grande, fea y que sabía hablar. ¿Sabe que me ha dicho?... Que era el Feuno, guardián del laberinto…
- ¿Me está diciendo que se ha encontrado un Fauno?
- No. Le he dicho que era un Feuno, porque si se llamase Fauno, tendríamos que pagar derechos de autor. Y como usted ya sabe, la economía no está pujante… ¿Sigo o ya estoy despedido?
- Por favor, me entretiene escuchar sus estupideces…
- Bueno, pues el Feuno me ha dicho que yo era el elegido y debía pasar tres pruebas para demostrarlo. Al principio me resistía a complacer a esa bestia, pero al final he accedido. Primero he tenido que sacar una piedra del riñón de un sapo. Luego he tenido que subir a lo más alto del árbol más alto del bosque para rescatar a la cría de un cernícalo. Cuando he bajado del puto árbol, el Feuno me esperaba con un porro enorme de hierbas del bosque. Mi última prueba era fumármelo yo solo…. Como mi única intención era salir de allí y venir a trabajar, me lo he fumado y cuando ya me le estaba acabando, he vuelo a aparecer en mi calle y…he venido a trabajar.
- …….
- Jefe…podría haberle dicho que estaba de resaca. Podría haberle contado que me he quedado todo el día tirándome a mi chica… Pero no. Le he contado la verdad, así que ahora le toca hablar a usted.
- Suárez…Podría decirle que es usted un loco que vio ayer una película de Guillermo del Toro. Podría aconsejarle que no consumiera dogas. Podría asegurarle que no le echo por la historia tan buena que se ha imaginado… pero no. Es usted un fabulillero. Está despedido.